La banca sustituye las tarjetas «revolving» por los descubiertos, alarmando al Banco de España

8 septiembre, 2020
Tras las condenas judiciales por las célebres tarjetas revolving, los bancos han empezado a prescindir de ellas. Sin embargo, algunos han encontrado un sustituto: permitir que los clientes incurran en descubiertos, a los que aplican unos intereses estratosféricos similares a los de dichos plásticos. Pero el riesgo de morosidad en la crisis actual ha disparado las alarmas en el Banco de España.
Las tarjetas revolving eran y siguen siendo un producto que facilita crédito a los clientes con una cuota mensual muy baja, a medida de cada uno. Eso las ha ido haciendo muy populares: hay más de 2 millones de usuarios en España.
A cambio, aplican tipos de interés por encima del 20% (llegando, incluso, al 27%), con lo que el titular va acumulando una burbuja de deuda cada vez mayor que al final resulta impagable.
El pasado 4 de marzo, el Tribunal Supremo sentenció que estas tarjetas son usura, y este verano el Gobierno ha aprobado una norma que obliga a incrementar su transparencia para el consumidor.
La consecuencia es que los bancos han dejado de comercializarlas o han reducido en algunos puntos los intereses aplicados. Pero algunas entidades han encontrado un sustituto que están empezando a aplicar. Según fuentes del sector, ahora están permitiendo que los clientes en situación financiera apurada incurran en descubiertos más o menos amplios. Y a esos descubiertos les aplican unos intereses cercanos a los de las revolving, con lo que recuperan esos ingresos perdidos.
Cambio radical en la política de la banca
Esto supone un cambio radical en la tradicional política del sector. Antes, en cuanto el cliente incurría en descubierto (es decir, dejaba la cuenta en negativo), le avisaban y le instaban a ingresar dinero cuanto antes. En algunos casos también aplicaban una penalización, que fue declarada ilegal. Si el titular no pagaba en un plazo breve, le cerraban la cuenta. En cambio, ahora se trata de “dar hilo a la cometa”, según las fuentes.
Si bien esta política puede compensar -aunque sea parcialmente- el declive de los ingresos de las tarjetas, el riesgo de morosidad en que incurren las entidades es enorme. Esto ha provocado que el Banco de España esté vigilando de cerca esta política por si se convierte en algo generalizado, según las citadas fuentes.