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Fintech: se denominan bancos, pero muy pocos lo son

16 mayo, 2020

Las fintech han llegado para quedarse y, aunque se denominan bancos, apenas una minoría lo son. Representan alrededor del 5% del negocio bancario, pero su crecimiento está siendo muy rápido. El término fintech procede de las palabras en inglés Finance and Technology, y hace referencia a todas aquellas actividades que impliquen el empleo de la innovación y los desarrollos tecnológicos para la prestación de productos y servicios financieros.

Las entidades fintech operan por Internet, ofrecen todo tipo de productos bancarios y financieros, además de asesorar sobre ahorro e inversión. Las gestiones se realizan a través del teléfono móvil, sin oficina física y sin contacto personal. Son muy activas en conceder minicréditos, créditos al consumo en 24 horas, prometen gestionar casi instantáneamente fondos de inversión más baratos y con mejores rentabilidades.

Pero, ¿todos son realmente bancos y ofrecen, por tanto, las mismas garantías que las entidades tradicionales?

Expertos de comparadores financieros afirman que  nada más lejos de la realidad.  

Según explican, la mayoría de las nuevas fintech  parecen bancos, porque recurren a la terminología propia de estas entidades y publicitan servicios aparentemente iguales, pero solo unos pocos lo son.  

La primera precaución básica, para saber con quién se está operando,  es averiguar qué licencia tienen. Los que sí son bancos han de poseer una licencia bancaria, conocida como licencia de entidad de crédito. Es la que poseen, por ejemplo,  BBVA, Santander, Bankia, Caixabank… pero también bancos fintech como N26, Orange Bank o Ferratum Bank, todos ellos presentes en España. Porque es importante subrayar que la mayoría de estos negocios tienen su sede en el exterior  (Malta y Luxemburgo, entre otros países).

Estas fintech que sí tienen licencia bancaria son conocidas como challenger banks y se hallan bajo la cobertura del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD)  de su respectivo país y sometidas a la misma regulación que un banco de toda la vida.

Dentro de la heterogénea oferta fintech, aquellas entidades que carecen de licencia bancaria son denominadas neobancos. Algunos operan como entidades de dinero electrónico (EDE) y pueden poner en circulación medios de pago como las tarjetas. Sin embargo, lo más frecuente es hallar compañías que carecen tanto de licencia bancaria como de licencia de entidad de dinero electrónico.  Lo que hacen estas entidades, entonces,  es aliarse  con otras que sí cuentan con licencia. La función de estos neobancos es únicamente gestionar la interacción entre el cliente y su dinero.

Especial precaución con sus créditos al consumo

Las fintech son extremadamente activas en conceder microcréditos (con unos intereses altísimos), dinero rápido y préstamos al consumo. Y lo hacen con la mirada puesta, sobre todo, en un perfil concreto: personas con circunstancias económicas complicadas que se ven obligadas a recurrir a este tipo de operaciones porque no disponen de otras opciones y que suelen incurrir en impagos. Circunstancia que les convierte en “deudores cautivos”.

En este ámbito de actividad es, precisamente, donde más críticas y recelos despiertan.

Muchas de estas empresas operan en la sombra del Banco de España, ya que no comunican sus posiciones al regulador. Por tanto, no figuran en la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España).  Algo que favorece el sobreendeudamiento porque se puede pedir más dinero que el que establecen los límites de la banca tradicional para los clientes.

Los expertos alertan sobre las elevadísimas TAE, por tanto usurarias, que aplican a dichos préstamos; lo hacen también acerca de las trampas que incluyen, como gancho, en sus anuncios publicitarios.

Los peligros de estos negocios  se centran, fundamentalmente, en los altísimos intereses (que propician los abusos y la usura) y que han abierto un frente judicial por las demandas de muchos de sus consumidores que acaban atrapados en deudas eternas que nunca acaban de pagar.

Otros riesgos asociados a estas fintech son:  la sensación de falta de seguridad (se opera sin rostro y sin saber quién hay detrás de la pantalla); precipitación al firmar contratos (la falta de cultura financiera puede llevar a cometer graves errores, sobre todo a las personas mayores); vulnerabilidad por el uso de nuestros datos (ciberataques, suplantación de personalidad, etc.);  y complejidad de productos con mucha letra pequeña ;(productos mal explicados o con condiciones no siempre claras).

https://www.65ymas.com/economia/banca/banca-fintech-todos-parecen-bancos-pocos-son_12500_102.html

https://www.65ymas.com/economia/empresas/banca-fintech-peligros-ventajas_10961_102.html

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